Transformación Digital
Programa para Municipios y Gobiernos
ACHA – Americas Continental Health Alliance, con el apoyo de partners europeos y expertos con vasta experiencia en procesos de digitalización del sector salud, ayuda y brinda soporte a municipios, gobiernos provinciales, estatales y nacionales de diferentes países de Latinoamérica en sus procesos de transformación digital.
- Una encuesta para conocer el estado actual de digitalización y de posible predisposición y adaptación a la transformación digital del Sector Salud.
- Construcción de un programa a medida de las necesidades de cada gobierno o municipio
- Presentación del presupuesto del programa ante una entidad internacional de financiamiento, para obtener financiación para el programa
- Proceso de implementación y seguimiento del programa (tiempo estimado: 18 a 36 meses)
Diagnóstico y evaluación
Encuesta sobre estado actual de digitalización
Previo al proceso de digitalización, es necesaria una encuesta para conocer el nivel actual de digitalización y de posible predisposición y adaptación a la transformación digital del Sector Salud.
La encuesta debería abordar las siguientes áreas:
- Preguntas sobre demografía y socioeconomía
- Factores relacionados con la aceptación de la tecnología y el uso real de la tecnología
- Motivaciones para participar y motivos de preocupación
- Preferencias de control de acceso
- Voluntad de compartir datos
- Facilitadores para la aceptación
- Barreras para la aceptación
Principios rectores
Los cuatro principios rectores tienen como finalidad orientar nuestra estrategia hacia una adopción adecuada y sostenible de las tecnologías de salud digital en el contexto de las estrategias nacionales relativas al sector sanitario y a la salud.
Nuestra estrategia reconoce que cada país es dueño del plan de acción en materia de salud digital configurado a partir de la estrategia, dentro del propio contexto nacional. En su camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud, los países adoptarán la salud digital de manera sostenible, respetando su soberanía y de la forma que mejor se adapte a su cultura y sus valores, su política de salud nacional, su visión, sus objetivos, sus necesidades de salud y bienestar, y sus recursos disponibles.
Las tecnologías digitales son un componente esencial y un factor facilitador de los sistemas de salud sostenibles y de la cobertura sanitaria universal. Para hacer realidad su potencial, las iniciativas de salud digital deben alinearse con las necesidades sanitarias generales y con el ecosistema de salud digital; además, debe guiarlas una estrategia sólida que integre el liderazgo y los recursos financieros, institucionales, humanos y tecnológicos y que sirva de punto de partida para elaborar un plan de acción que incluya la estimación de costos y posibilite la coordinación de múltiples interesados. Estas iniciativas deben emprenderse mediante sólidas estructuras de gobernanza. La estrategia deberá tener un enfoque válido para múltiples prioridades sanitarias sustentado en unos estándares y una arquitectura que permitan la integración.
Un repaso histórico muestra que las iniciativas de salud digital mal coordinadas o disociadas dan lugar a soluciones de las tecnologías de la información y las comunicaciones verticales o autónomas que, pese a ser bienintencionadas, a menudo conllevan una fragmentación de la información y, por consiguiente, una deficiente prestación de servicios.
Nuestra estrategia promueve el uso adecuado de las tecnologías digitales como bienes públicos digitales que se pueden adaptar a diferentes países y contextos para solucionar los problemas de un sistema sanitario en pro de la equidad en el acceso a los recursos digitales para que no se deje a nadie atrás. Se promueve pues la protección de las personas, las poblaciones, los profesionales y los sistemas de atención sanitaria frente a la desinformación, y el uso indebido de la información, las actividades informáticas malintencionadas, el fraude y la explotación, el uso inapropiado de los datos sanitarios, el racismo y las violaciones de los derechos humanos en el marco de los tratados internacionales.
Los «determinantes digitales de la salud», como la alfabetización informática y el acceso a los equipos, la banda ancha e internet, cobran mayor importancia a medida que la salud digital se extiende. En la estrategia mundial se subraya la necesidad de asentar los fundamentos
digitales de las estrategias nacionales y se hace hincapié en la necesidad de colaborar con los diferentes sectores y las partes interesadas a todos los niveles.
Nuestra estrategia promueve la interoperabilidad sintáctica y semántica con las normas y criterios de la OMS como piedra angular de la información sanitaria para permitir el intercambio de información en un mundo conectado.
El uso adecuado de la salud digital abarca las siguientes dimensiones: la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades, la seguridad del paciente, la ética, la interoperabilidad, la propiedad intelectual, la seguridad de los datos (confidencialidad, integridad y disponibilidad), la
privacidad, la eficacia en función del costo, la implicación de los pacientes y la asequibilidad. La salud digital debe centrarse en las personas y se ha de basar en la confianza y en la evidencia, ha de ser eficaz, sostenible, inclusiva y equitativa y debe hallarse contextualizada. El creciente desafío mundial que representan los residuos electrónicos para la salud y el medioambiente también debe gestionarse adecuadamente.
Urge invertir en medidas para superar los principales obstáculos que dificultan la interacción y el acceso de los países en desarrollo a las nuevas tecnologías de salud digital, como un entorno propicio adecuado, recursos suficientes, una infraestructura de apoyo a la
transformación digital, medios educativos, capacidades humanas, la inversión financiera y la conectividad a internet, así como en términos de infraestructuras existentes, titularidad de la tecnología, privacidad, seguridad, adaptación y aplicación de los estándares mundiales y las corrientes de tecnología.
Overview of the WHO National e-Health Strategy Toolkit
Part 1
National eHealth vision
- Manage the process
- Engage with stakeholders
- Establish the strategic context
- Learn from trends and experience
- Draft an inicial Vision
- Identify required components
- Gather information on the eHelth environment
- Assess opportunities and gaps
- Refine vision and develop recommendations
PART 2
National eHelth action plan
- Manage the process
- Engage with stakeholders
- Develop eHelth action lines
- Develop an integrated action plan
- Determine high-level resource requirements
- Apply funding constraints to refine plan
- Define implementation phases
PART 3
National eHelth monitoring and evaluation
- Manage the process
- Engage with stakeholders
- Develop eHelth action lines
- Develop an integrated action plan
- Determine high-level resource requirements
- Apply funding constraints to refine plan
- Define implementation phases
Fuente: WHO
https://apps.who.int/iris/handle/10665/75211
Transformación digital del sector de la salud en Latinoamérica
La digitalización de los servicios de salud supone cambios culturales importantes tanto para el personal de salud como para la población en general.
A pesar de los considerables progresos realizados por algunos países, muchos siguen necesitando apoyo para el desarrollo y la consolidación de estrategias nacionales de cibersalud o de salud digital y para la ejecución de sus planes de acción.
La salud digital debe formar parte integrante de las prioridades de salud y beneficiar a las personas de una manera ética, segura, fiable, equitativa y sostenible. Debe atenerse a los principios de transparencia, accesibilidad, escalabilidad, replicabilidad, interoperabilidad, privacidad, seguridad y confidencialidad.
Nuestra Visión
La visión de nuestra estrategia consiste en mejorar la salud de todos en todas partes al acelerar el fomento y la adopción de soluciones de salud digital centradas en las personas que resulten adecuadas, accesibles, asequibles, escalables y sostenibles para prevenir, detectar y responder a epidemias y pandemias, desarrollando infraestructuras y aplicaciones que permitan a los países utilizar los datos sanitarios en aras de la promoción de la salud y el bienestar, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.
Para iniciar o continuar con el proceso de digitalización en Salud Digital, es necesario:
Reconocer que la institucionalización de la Salud Digital en los sistemas de salud nacionales requiere que los países tomen decisiones y se comprometan.
Reconocer que las iniciativas de Salud Digital, para su eficacia, precisan una estrategia integrada. Identificar a las principales partes interesadas del sector de la salud y no sanitaria que desarrollarán una visión y plan nacional de Salud Digital, para su posterior implementación.
Establecer mecanismos de gobernanza para proporcionar una mejor visibilidad, coordinación y control de la implementación de la Salud Digital
Establecer el contexto estratégico para la Salud Digital, que proporciona la base para la visión y plan nacional, y permite al gobierno evaluar y tomar decisiones informadas sobre oportunidades que se presentan desde la industria de las TIC y otras partes interesadas. Promover el uso adecuado de las tecnologías digitales para la salud
Evaluar el entorno actual de Salud Digital en términos de los componentes de eHealth ya existentes, así como los programas o proyectos en actividad.
Un posible plan nacional para la digitalización del Sector Salud
debería centrarse en:
- Garantizar interoperabilidad y adopción de normas
- Proporcionar incentivos para la innovación y la integración de SD en los servicios básicos
- Identificar la financiación para la aplicación a medio y largo plazo
- Responder a las expectativas de los ciudadanos del acceso y su uso de los servicios de salud
- El uso de datos e información para la planificación de la salud pública, políticas de privacidad y seguridad de información
- Realizar monitoreo y evaluación para garantizar que se ejecute el plan de acuerdo con sus prioridades.
La Salud Digital se valorará si:...
Si es accesible y facilita el acceso equitativo y universal a servicios sanitarios de calidad
Si aumenta la eficiencia y la sostenibilidad de los sistemas de salud ofreciendo una asistencia de calidad, asequible y equitativa, y si fortalece y amplía la promoción de la salud y los servicios de prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos, antes, durante y después de una epidemia o una pandemia, en un sistema que respete la privacidad y la seguridad de la información sobre la salud de los pacientes.
La salud digital puede cambiar radicalmente los resultados sanitarios si se invierte lo suficiente en la capacidad de gobernanza, institucional y humana para introducir los cambios en los sistemas digitales y la formación, planificación y gestión del uso de los datos que exige la creciente digitalización de los sistemas y los servicios sanitarios.
La implantación de tecnologías de salud digital adecuadas es un componente clave de las estrategias nacionales, pero puede ser difícil de lograr, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. Convendría explorar las posibilidades que ofrecen las soluciones mundiales y los servicios compartidos en el marco de las estrategias nacionales de salud.
La finalidad de esta estrategia es fortalecer los sistemas de salud mediante la aplicación de tecnologías de salud digital dirigidas a los consumidores, los profesionales de la salud, los proveedores de servicios de salud y la industria con el fin de empoderar a los pacientes y hacer realidad la visión de la salud para todos.
En el contexto de esta estrategia, se entiende por salud digital el campo del conocimiento y la práctica relacionado con el desarrollo y la utilización de las tecnologías digitales para mejorar la salud. Esta definición abarca la cibersalud.
La salud digital amplía el concepto de cibersalud en la medida en que incluye a los consumidores digitales, junto a una gama más amplia de dispositivos inteligentes y conectados.
La salud digital también abarca otros usos de las tecnologías digitales en el ámbito de la salud, como la internet de las cosas, la informática avanzada, la analítica de macrodatos, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático y la robótica.
La estrategia recalca que los datos sanitarios deben clasificarse como datos personales sensibles o como información de identificación personal y por lo tanto exigen un elevado nivel de seguridad. Así pues, la estrategia incide en la necesidad de contar con un sólido marco jurídico y reglamentario para proteger la privacidad, la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de los datos y el tratamiento de los datos sanitarios personales, y para abordar cuestiones como la ciberseguridad, la creación de confianza,la rendición de cuentas y la gobernanza, la ética, la equidad, la creación de capacidad y la alfabetización, con el fin de garantizar la recogida y el posterior intercambio de datos de calidad en apoyo de las labores de planificación, activación y transformación de los servicios.
Es importante mantener la transparencia y comunicar de manera eficaz las estrategias de seguridad de los datos.
La estrategia busca generar una comprensión de la importancia de las soluciones de salud digital común a todos, así como un enfoque para crear un ecosistema de salud digital interoperable entendido como una infraestructura digital interoperable basada en las tecnologías de la información cuyos principales usuarios son los miembros de la comunidad en salud en todos los contextos asistenciales, especialmente los proveedores de servicios de salud, el personal sanitario y los pacientes, así como las autoridades de salud pública y las instituciones académicas y de investigación.
Un ecosistema de salud digital interoperable debería permitir un intercambio de datos sanitarios seguro y sin fisuras entre los usuarios, los proveedores de servicios de salud, los responsables de los servicios sanitarios y los servicios de datos sanitarios. La mayoría de los datos sanitarios se generan y tramitan entre los proveedores de servicios de salud y la comunidad en salud.
El intercambio de datos sanitarios en el contexto de un ecosistema de salud digital centrado en las personas y en aras del interés general debería alentarse con el consentimiento del paciente cuando se lleve a cabo en base a la confianza y velando por la privacidad del paciente, la seguridad de los sistemas digitales y la protección contra el uso malintencionado o inapropiado. Dicho intercambio resulta vital, ya que puede contribuir a mejorar la calidad de los procesos, los resultados de los servicios de salud y la continuidad de la atención (uso principal de los datos sanitarios). También puede servir para constituir una base de conocimientos capaz de interactuar con otros sistemas de datos, como, por ejemplo, con datos sobre los determinantes sociales de la salud y registros.
El uso secundario de los datos sanitarios es importante para mejorar la calidad de la atención de salud y la eficacia de las investigaciones. Además de posibilitar la evaluación, validación y comparación de soluciones de inteligencia artificial y distintos análisis de macrodatos con diferentes parámetros y configuraciones, podría servir para constituir una base de conocimientos capaz de interactuar con otros sistemas de datos, registros, etc.
El uso secundario de los datos sanitarios, una vez llevada a cabo la oportuna anonimización de los conjuntos de datos, permitiría realizar la evaluación, validación y comparación de soluciones de inteligencia artificial y distintos análisis de macrodatos con diferentes parámetros y configuraciones conforme a criterios éticos.